Dentro de nuestras casas podemos hallar complejos cócteles de sustancias perjudiciales que pueden pasar a nuestros cuerpos y que pueden ser el origen de múltiples desequilibrios desde un cáncer hasta trastornos hormonales, cognitivos y muchos más. Y nuestra cocina es determinante ya que en ella confeccionamos al menos 2-3 comidas al día. ¿Podemos reducir los ingredientes de esos cócteles perjudiciales? ¿Podríamos convertir nuestra cocina en un lugar seguro?